TALLERES DE LECTURA: Experiencia pedagógica inspiradora de nuevos lectores autónomos
By E. N. CARLOS RANGEL LAMUS - 6:51 a.m.
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IMAGEN: "SOLO UN LIBRO" |
Un taller de lectura es un espacio para el pensamiento, para establecer gustos por géneros literarios, saciar sus curiosidades, desencadenándose en inspiradas producciones escritas y orales, para evidenciar las capacidades de compresión de las niñas y los niños como prometedores lectores, escritores y oradores, a través de la resignificación de todo lo que por gusto lee. Permite el desarrollo de habilidades comunicativas (Leer, escribir, hablar y escuchar), ya que semana a semana, las y los discentes seleccionan textos de su agrado, para producir breves escritos resultante de su experiencia con la lectura, para encontrarse, exponer y escuchar a sus compañeras y compañeros.
"Leer es la llave de la puerta principal del conocimiento, la práctica de la lectura no sólo proporciona información (instrucción) sino que forma (educa) creando hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración y recreación, además hace gozar, entretiene y distrae (Martion, 2010), y escribir, permite perpetuar las ideas, dándole sensato orden para compartirlas, y desde ya buscando empatizar con los demás".
Si la lectura y escritura, es una situación cotidiana en el aula de aprendizaje, ¿Por qué el estudiante de nivel secundaria y superior adolece de destrezas de escritura y lectura?. Arrieta y Meza (1997) y Finol (1993) coinciden al señalar debilidades como: La pobreza lexical, debilidades ortográficas y semánticas, poco interés por la lectura, desinterés por adquirir nuevos términos en su lengua materna y bajo nivel de información del sujeto. Esto pone en evidencia las deficiencias de los abordajes pedagógicos de la educación primaria.
La experiencia en aula a través de los talleres, han permitido demoler traumas del niño o niña con el primer libro impuesto que llego a sus pequeñas manos, avasallándolo con infinidad de grafemas, mientras buscaba algún dibujito colorido que vistiera sus ojos, luego en aula fue golpeado con las rudimentaria estrategias para aprender a leer, dejándolo agotado, desmotivado y distanciando las posibilidades de convertirse en un futuro lector autónomo.
Esta novedosa estrategia, ha permitido hacer sentir en el estudiante la verdadera libertad por abordar temas de su interés (convirtiéndolo en verdadero protagonista de su aprendizaje), que parten de una investigación con las herramientas y recursos que hasta ahora conozca este joven explorador del conocimiento, para comprender y someterlo a juicio con sus saberes previos (lectura crítica), resignificándolo y ordenando sus nuevas ideas en breves escritos no mayores a una cuartilla. Luego el estudiante, arengado por la curiosidad saciada y dispuesto a compartir, desarrolla una charla ante sus compañeros dando a conocer y buscando agradar con su tema seleccionado. Después, él prometedor orador, toma asiento para evidenciar la misma alquimia en sus demás compañeros.
El uso del glosario o cuadernillo de vocabulario elaborado artesanalmente, ha permitido la incorporación de palabras novedosas para el estudiante, que busca en un nuevo taller de lectura incorporarla en su producción oral y escrita.
En las primeras jornadas realizadas, se evidencio un gran número de estudiante con excesivo miedo escénico, insistiendo en una charla memorizada e informes no meditados sino copiado tal cual como estaba en la fuente. El glosario, era usado para asentar tal cual, las definiciones encontradas en el diccionario y en su mayoría no comprendida por ellos. Luego se sentaban, liberados de esa gran carga, para escuchar la repetida y tediosa rutina en sus compañeras y compañeros.
El docente, posterior a la sistematización de las primeras experiencias, decidió hacer una jornada especial, en donde las y los discentes presentaran obras de teatro, canciones, bailes, trajeran sus mascotas, para que entendieran que tenían que hacer ejercicio de esa misma libertad con la lectura que seleccionaran.
Allí cambio todo, comenzaron a llegar a estas jornadas una gran variedad de charlas, como: leyendas, misterios, historias deportivas, temas científicos, monólogos, entre otros. Ahora el estudiante, mostraba interés por producir escritos y no de copiar. En sus charlas, comenzaron a respaldar el abordaje del tema seleccionado con una canción, la ejecución de un instrumento musical, un experimento y dramatizaciones. Pasaron los días, y comenzaron las charlas mostrando un libro, relatando como llegó a ellos, en los hogares la familia se involucró cada vez más, facilitando libros, otros estudiantes en cambio, comenzaron a sacar correcto provecho del internet, el libro se convirtió en una opción de regalo para el niño, mientras la niña decía que tenía una escritora favorita. El miedo escénico, sucumbió ante la alegría y el niño dejo de ver a la lectura como su antagonista.
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